La leyenda cuenta la historia de los pueblos indígenas Muisca. Los herederos del trono eran coronados en la ladera de la laguna y durante la ceremonia se arrojaban a la laguna diversas ofrendas de oro. Ranas, caimanes, peces y monos se convirtieron en oro puro y fueron sacados de la laguna. Sin embargo, el gran tesoro de “El Dorado” nunca se encontró. El recorrido lo llevará por la empinada colina hasta los 3.000 metros hasta llegar al borde. Desde aquí tendrá una hermosa vista sobre la mística laguna “Guatavita”.